#ElPerúQueQueremos

El verdadero outsider

Publicado: 2015-05-22

Una de las conclusiones más repetidas de los últimos días –en el contexto de ‘Tía María’– es que la causa original de la conflictividad minera en el actual gobierno son los discursos de campaña del presidente Humala: mintió a una parte de los peruanos ofreciendo el retiro de las empresas extractivas, o asegurando que éstas tendrían que obtener licencia social para operar. 

Es verdad que no cumplir con lo ofrecido en temas sensibles siempre trae problemas de gobernabilidad, pero es falso que Ollanta Humala haya sido el único político que cometió esta imprudencia. El suscrito no recuerda a algún aspirante a palacio –desde 1990– que no haya hablado de grandes e inviables transformaciones. Todos ofrecieron el oro y el moro, y los que ganaron no cumplieron.

Salvo alguna excepción por inexperiencia, siempre hubo aquí dos tipos de cálculo: primero que los procesos electorales son una fiesta catártica donde la gente espera salvadores, en todo el mundo. Segundo que en un país con tantas urgencias sociales, y poco conocimiento de la acción de gobierno, el elector quiere soluciones inmediatas y no aguafiestas que digan que sus expectativas son muy difíciles de concretar.

Intuyo que esto podría empezar a cambiar en los próximos años, si un candidato a la presidencia –de indiscutible decencia– le dice a la gente que se compromete solamente con tres o cuatro objetivos muy relevantes pero puntuales, y admite que para el resto de pendientes importantes se necesita más de un periodo de gobierno, un país mucho menos polarizado, una mayoría parlamentaria usualmente esquiva y sobre todo compromiso colectivo.

El creciente escepticismo de la gente en la calle hace pensar que estamos listos para aceptar esta realidad indiscutible, y que es cada vez más evidente que el desarrollo lo tenemos que conseguir juntos con paciencia y tolerancia, con un nuevo diálogo nacional para la reconciliación definitiva.

La idea es que en las cercanías del bicentenario haya realmente una nueva promesa peruana, que ofrezca un buen vivir democrático, una nueva moral republicana y una mínima dignidad material para todos.


Escrito por


Publicado en

Camino al andar

Reflexiones sobre gobierno y coyuntura política