El asomo de la medicina tradicional
Acaba de pasar el Congreso Internacional de Medicina Tradicional Andina y Amazónica organizado por la Universidad de San Marcos. Es un asunto de poca prensa, pero no por ello de poca relevancia. Con una salud pública que no se logra universalizar por razones diversas, contar con un conocimiento medicinal tradicional en nuestra sociedad puede resultar muy estratégico y beneficioso.
No es casual que tengamos esta fortaleza ancestral, pues el Perú posee una muy alta biodiversidad, y eso hace que miles de variedades de plantas puedan estar al servicio de procesos sanatorios. Antes de la colonia, los peruanos éramos una sociedad de alto desarrollo agrícola que vivía armoniosamente con su entorno, y que curaba sus males con una sinergia de alimentación funcional a las necesidades del cuerpo, consumo de plantas, hábitos saludables y pacientes procesos de reequilibrio.
Sería muy interesante que algún candidato a la Presidencia plantee este tema, pues podría significar un camino para seguir acortando brechas sociales en el acceso a la salud. Hay localidades cercanas a grandes entornos naturales, desabastecidas de medicina farmacológica por razones presupuestarias, que perfectamente podrían gestionar buena parte de su salud trabajando bajo esta propuesta de muy bajo costo monetario.
Pero siempre hay dificultades en el camino. La primera es cultural: el orgulloso gremio de los galenos, que usualmente está formado bajo la premisa de que existe una sola verdad científica y que ellos la poseen, no va a estar muy dispuesto a relativizar su prestigio social y menos a compartirlo.
Y lo más problemático son los intereses: cuando la gente se empiece a dar cuenta de que existen alternativas médicas baratas y muchas veces más eficientes que las ortodoxas, el negocio farmacéutico empezará a vender menos productos. Y eso no les gustará, así que antes querrán usar su poder económico y político para impedirlo.
Quizá no sea sencilla la apuesta, pero el Perú posee una personalidad cultural y biológica muy privilegiada que debe buscar aprovechar siempre. El próximo gobierno debería poner en su agenda este tipo de políticas claramente progresistas.